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Siempre divina

Exorna la virtud completamente

y adorna con sus letras el revuelo,

decora de pasión el fiel señuelo

que versa en su albedrío vehemente.

 

La impronta de su paso tiernamente

se muestra con su faz de terciopelo,

se hilvana nota a nota en su desvelo

dejando su verdad intransigente.

 

Es bella, es especial, siempre divina

y afianza con su huella milagrosa

la osada libertad que la ilumina.

 

Y mientras se engrandece silenciosa,

la fuerza deja el rastro que domina

e impele su vigor vertiginosa.

 

Aimée Granado Oreña ©